Apreciados Estudiantes de la Luz, debemos saber y comprender que la venida del Maestro Jesús el Cristo fue para revelar el Dominio Consciente y Maestría que el Ser encarnado puede alcanzar y expresar mientras está encarnado en la Tierra. Jesús el Cristo mostró el Dominio del Maestro Ascendido, y probó a la humanidad que todos pueden invocar el Yo Divino en Acción y controlar conscientemente todas las cosas humanas. Cuando el Maestro Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo: El que en mí cree, las obras que Yo hago, él las hará también; y aún mayores hará”, Él sabía lo que estaba hablando.
La venida del Maestro Jesús fue una iniciación para los seres humanos encarnados en nuestro planeta Tierra, y también fue una Orden Cósmica de usar el Poder del Amor Divino en las futuras actividades. Esta descarga de Su Amor en un ciclo tan obscuro de la Tierra, se convirtió en el nacimiento del Niño Divino en el individuo. El Maestro invocó el Diseño Divino Cósmico y reveló el Decreto para la Era que entraría. Ese Plan es el Dominio Completo sobre todas las cosas, a través de la Plenitud del Cristo Interno en cada ser humano.
Los Maestros Ascendidos en verdad son Seres Grandiosos. No ha de sorprender que en la mitología de los antiguos sus actividades nos hayan llegado en forma de mitos y fábulas. Los Maestros Ascendidos manejan en todo momento un gran Poder Divino, porque ellos están anclados con una determinación inflexible a la “Magna Presencia de Dios”, de ahí que les sea conferido Todo el Poder, pues ellos son Toda Perfección.
Los Maestros Ascendidos, son seres de Amor, de Luz y de Perfección que han guiado la expansión de la Luz en la humanidad desde su origen en el Planeta. Son seres reales, visibles y tangibles, gloriosos, vivos y animados con tal Amor, tal Sabiduría y tanto Poder que la mente humana no puede concebir. Por doquier en el Universo, cumplen Ellos libre y naturalmente todo lo que el hombre ordinario considera como sobrenatural.
Son ellos los guardianes de la raza, su tarea es educar y ayudar al ser individualizado a que desarrolle su conciencia más allá de la expresión de los humanos ordinarios, entrando de esta manera en posición de sus atributos supra-humanos y lo mismo que los estudiantes pasan de la instrucción primaria a los grados universitarios, el discípulo de un Maestro Ascendido pasa del estado humano grosero a la plena y continua expresión de su Divinidad.
Un Maestro Ascendido es un ser individualizado que por un esfuerzo consciente, ha desarrollado tanto Amor y Poder en sí mismo como para romper las cadenas de todas las limitaciones humanas. De esta manera liberado, digno es de manipular fuerzas que están más allá de la experiencia humana. Se identifica siempre con la Omnipresencia Divina. Todas las fuerzas y todas las cosas le obedecen, porque es un Ser dotado de libre albedrío y consciente de su Mágica Presencia Yo Soy, controlando todo por la manipulación de su Luz Interior.
Un Maestro Ascendido es capaz de ayudar a todos los que se ponen bajo su dirección, por la irradiación de su Luz que es su propia Esencia Luminosa de Amor Divino. Cuando tal radiación se dirige a un discípulo, los cuerpos sutiles de este, sobre todos los cuerpos de deseo, mental y causal, absorben la Esencia Luminosa del Maestro y la Luz de estos cuerpos se intensifica y brilla con mayor fuerza, como una chispa que se transforma en una llama. Esta Esencia Luminosa es la más concentrada fuerza del Universo, porque disuelve toda discordia y establece un equilibrio perfecto en toda manifestación. El cuerpo del Maestro Ascendido emite continuamente Rayos de esta Esencia Luminosa, disolviendo la discordia terrestre, como los rayos de fuerza llamados luz y calor de nuestro sol físico disuelve la niebla.
La radiación que los Maestros vierten hacia la Tierra es energía conscientemente concentrada y, habiendo recibido una cualidad determinada se dirige después hacia el cumplimiento de un fin determinado. De esta manera y por millares de veces, personas y localidades reciben una protección de que la humanidad es totalmente inconsciente, existiendo e ignorando serenamente a sus protectores y bienhechores. En este papel, los Maestros Ascendidos tienen la facultad de cambiar de cuerpo como ordinariamente se cambia de vestidos, porque la estructura celular está siempre bajo control consciente y cada átomo responde a cada una de las directivas de ellos. Son libres de emplear uno o varios cuerpos, si lo que quieren realizar lo pide, porque su capacidad de reunir o de disolver un cuerpo atómico es ilimitado. Son ellos la Manifestación Todopoderosa de toda Sustancia y de toda Energía porque las fuerzas de la naturaleza, los cuatro elementos son sus servidores voluntarios y obedientes.
Estos Seres Gloriosos, guardianes e instructores de las razas humanas en evolución, son llamados Maestros Ascendidos de Amor, de Luz y de Perfección, son todo lo que la palabra Maestro sugiere. Manifiestan ellos, por el Amor, la Sabiduría y el Poder del Yo Divino Interior en Acción su maestría sobre todo lo humano. Por este hecho, hicieron la ascensión al plano de expresión por encima de lo humano, al Divino, la Pura, Eterna y Todopoderosa Perfección.
Habiéndose liberado los Maestros Ascendidos de las limitaciones humanas y, por la actividad de la Ley, son impenetrables a todo pensamiento discordante. De esta manera, todo pensamiento o sentimiento destructivo quedan obligados a retornar hacia los que lo han emitido y les atan más estrechamente a las cadenas que ellos mismos se han forjado. Si los seres humanos pudiesen ver sus pensamientos, sentimientos y palabras por doquier en la atmósfera, en el éter, aglomerándose con los que le son semejantes, después volviendo a su emisor, no solamente quedarían estupefactos de su creación, sino que gritarían pidiendo socorro y, a fin de disolver tales creaciones se volverían con determinación hacia su propia Divinidad y en ella se refugiarían. Los pensamientos y sentimientos son cosas vivas y vibrantes. El que sabe esto empleará su sabiduría y se controlará en consecuencia.
Cuando los que estudian la Vida y las Leyes del Universo de una manera más profunda que el resto de la humanidad se hacen conscientes de la existencia de los Maestros Ascendidos desean ir hacia ellos a fin de obtener instrucción. Solo por la actividad de un Amor grande y una disciplina completa del yo externo, un estudiante sincero, convencido y determinado, puede tener contacto con uno de estos Maestros Ascendidos. Si el motivo por el que este contacto se busca es la curiosidad o el deseo de asegurarse de si existen o no los Maestros Ascendidos o para obtener la solución de un problema, el contacto jamás se hará, porque ellos de ninguna manera se interesan en dar satisfacción al lado humano del estudiante. Todos sus esfuerzos conciernen a la expansión del Yo Divino Interno, a fin de que su poder se intensifique hasta el punto de romper las limitaciones del yo externo que bloquean sus manifestaciones en los planos mental, emocional y físico, es decir, en pensamiento, sentimiento y acción.
Las debilidades y limitaciones hacen al vehículo impropio para ser un instrumento adecuado para la expresión de la Mágica Presencia Yo Soy. El cuerpo humano con sus facultades es el Templo de la Energía Divina que la Gran Presencia Divina produce a fin de emplearlo para la manifestación del Plan Divino.
El que busca el contacto con un Maestro Ascendido en cuerpo visible y tangible, sin haber pasado por una preparación que ponga en concordancia su estructura externa y su mente con la del Maestro, es como un alumno de kinder que pidiera a un profesor de universidad que le enseñase el abc.
Los Maestros Ascendidos son grandes baterías cargadas con un Poder y una Energía formidables, que todo lo que toca la radiación de ellos se carga con su Esencia de Luz, como la aguja que puesta en contacto con un imán, toma las cualidades de este y queda imantada. La ayuda y la radiación de los Maestros Ascendidos es un Don de Amor, es por eso que ellos no emplean jamás su fuerza para obligar.
La Ley del Amor, la Ley del Universo y la Ley de los seres individualizados no permiten a los Maestros actuar contra el Libre Albedrío de las individualidades, salvo en los periodos de actividad cósmica, cuando el Ciclo Cósmico suplanta al individuo. En estas épocas es cuando los Maestros Ascendidos pueden dar más asistencia de la habitual. La Tierra se encuentra ahora en uno de estos Ciclos y se está dando la más intensa radiación de Luz que se halla conocido hasta el presente, a fin de clarificar a la humanidad, de restablecer el Orden y el Amor indispensables para el mantenimiento de nuestro Planeta y del Sistema de Mundos al que pertenecemos.
Toda corriente de vida que no quiera el Orden, el Equilibrio y la Paz que en la vida de la Tierra deben expresarse en el porvenir deberá encontrar otra parte del Universo para allí adquirir la comprensión de la Ley. Solo hay un pasaporte que da acceso a la presencia de los Maestros Ascendidos, y es un gran Amor al Yo Divino y a los Maestros, unido a la determinación de eliminar de la naturaleza humana toda discordia y todo egoísmo. Cuando se toma la determinación de servir al Plan de Vida, y la naturaleza humana se disciplina, es atraída hacia el estudiante la atención de un Maestro Ascendido, y el Maestro, viendo sus esfuerzos, irradiará hacia él el Valor, la Fuerza y el Amor que le sostendrá hasta que llegue a mantener el sentimiento de contacto permanente con su propia Divinidad Interior.
El Maestro Ascendido sabe y ve todo lo que concierne al estudiante, porque lee claramente el registro hecho en el aura que revela el desarrollo del discípulo sobre sus debilidades. El Maestro Ascendido es la Omnisciencia y la Visión Divinas, nada le está escondido. El que quiera estar en la presencia visible y tangible de un Maestro Ascendido, debe comprender que lo conseguirá cuando se transforme en un sol radiante de Amor, de Luz y de Perfección.
Si el estudiante no ha disciplinado su yo externo o no está dispuesto a hacerlo para adquirir la calma mental, sentimientos afables y amorosos, no constituye una materia que un Maestro Ascendido pueda emplear en el servicio que cumple. Si el estudiante no posee un vehículo robusto, bien controlado y armoniosamente desarrollado, es incapaz de cooperar con un Maestro Ascendido y realizar todo lo que está más allá de toda experiencia humana. Si un Maestro Ascendido aceptase a un discípulo desprovisto de estas cualidades, cometería el mismo error que el constructor que hiciera una máquina o una cosa con materiales no aprobados. Ese material no resistiría una tensión excepcional, una necesidad urgente o un servicio prolongado. No sería una prueba de Sabiduría, de Amor o de Misericordia, someter a alguien a una experiencia para la cual no tiene el entrenamiento ni la resistencia requerida.
Dado que los Maestros Ascendidos son la cima de la Perfección, no obran sino con Justicia, Amor y Sabiduría. La actitud del que desea colaborar conscientemente con los Maestros Ascendidos no debe ser: “Quisiera ir a ellos para recibir instrucción”, sino más bien: “Quisiera purificarme, disciplinarme y perfeccionarme, llegar a expresar tanto Amor, Sabiduría y Poder para que pueda asistirles y, entonces, ser atraído por ellos. Quiero amar con tanta constancia, tan infinita y tan divinamente, que el resplandor de mi Luz les permita aceptarme.”
El adagio que dice “muchos son los llamados, pero pocos los escogidos” es una auténtica verdad. Todos están siendo llamados constantemente, pero pocos están lo suficientemente despiertos para darse cuenta del júbilo extático y la Perfección que está dentro del Yo Divino, y para oír Su Voz en la Luz – por siempre y para siempre, llamando a todos de vuelta a la Casa del Padre. Cada individuo en la Tierra está siempre en libertad de “levantarse e ir al Padre” -su Ser Divino-, tan solo con darle la espalda a la creación de los sentidos humanos, y mantener su atención sobre la Fuente Única en el Universo, desde la cual pueden emanar Paz, Felicidad, Abundancia y Perfección. ¡La Presencia de Dios los Ilumine, los Guíe y los Proteja!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario